Las mujeres en México perciben entre 14% y 18% menos que los hombres por trabajos de igual valor, lo que equivale a una pérdida de hasta 1,6 millones de pesos mexicanos (87.400 dólares) a lo largo de una vida laboral, advirtió este jueves la organización Womerang en el marco del Día Internacional de la Igualdad Salarial.
“La brecha salarial de género equivale a perder hasta 1,6 millones de pesos en una vida laboral”, explicó Norma Cerros, fundadora de Womerang, citando datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) 2025, publicada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Según la encuesta, tomando como referencia un salario promedio de entrada de 18.500 pesos mensuales (unos 1.000 dólares), a lo largo de 40 años una trabajadora puede dejar de percibir entre 1,24 y 1,60 millones de pesos (67.800 y 87.400 dólares). Cerros señaló que se trata de una estimación conservadora, ya que no incluye incrementos salariales, promociones, prestaciones, pensiones o pausas por cuidado familiar.
La brecha salarial tiene raíces estructurales ampliamente documentadas: la maternidad y responsabilidades de cuidado que recaen principalmente en mujeres, la falta de infraestructura de cuidados en el país y prejuicios de género que afectan contrataciones, ascensos y aumentos. “Estos factores frenan la carrera de millones de mujeres y profundizan desigualdades a lo largo de toda la vida laboral”, afirmó Cerros.
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Avances legales
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, impulsó reformas de género que incluyen modificaciones al Artículo 86 de la Ley Federal del Trabajo para prohibir la brecha salarial. Además, por primera vez, la Constitución mexicana define la brecha salarial como “la diferencia de retribución entre mujeres y hombres por razones de género respecto a un trabajo remunerado de igual valor”.
A pesar de estos avances legales, la brecha sigue siendo un fenómeno multifactorial, agregó Cerros. No solo se refleja en salarios, sino también en la limitada representación femenina en puestos mejor pagados, cargos clave y posiciones de decisión. Actualmente, solo 46 de cada 100 mujeres tienen acceso a trabajo remunerado, mientras que casi tres cuartas partes del trabajo no remunerado —doméstico y de cuidado— recae sobre ellas.
