El transporte público venezolano atraviesa un punto de quiebre. Así lo advirtió José Luis Trocel, secretario ejecutivo del Comando Intergremial del Sector Transporte, quien aseguró que la tarifa actual está «totalmente devaluada» y que el gremio enfrenta «la peor crisis de su historia».
La propuesta de los transportistas es anclar el costo del pasaje urbano a 0,5 dólares, o su equivalente en bolívares, la cual ha sido planteada en ocasiones anteriores. Según Trocel, solo con este ajuste sería posible cubrir los costos mínimos de operación, en un contexto marcado por la escasez de combustible, la especulación con los repuestos y la reducción sostenida del número de pasajeros.
Para mitigar el impacto en los usuarios, el sector planteó al Ejecutivo la creación de un bono de transporte de 40 dólares mensuales, dirigido a los venezolanos con menor capacidad adquisitiva.
Diálogo con el Gobierno, pero sin respuestas
Trocel explicó que se mantienen reuniones frecuentes con el Ministerio de Transporte, donde han expuesto sus propuestas y advertido sobre la gravedad de la situación. Sin embargo, hasta ahora no han recibido una respuesta que dé solución estructural a la crisis.
El deterioro de las unidades es otro de los factores que agrava el panorama. De acuerdo con cifras gremiales, solo el 40% de la flota está operativa a nivel nacional, y la tendencia es a la baja.
«Cada vez que un compañero se queda sin frenos o necesita una reparación básica, debe paralizar su vehículo porque no tiene cómo costearla», detalló Trocel en entrevista con Fedecámaras Radio.
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El dilema de la movilidad
El aumento de los costos operativos y la falta de financiamiento han convertido al transporte público en uno de los sectores más golpeados por la crisis económica venezolana.
La discusión sobre la tarifa se ha convertido en un punto crítico: para los transportistas, la dolarización parcial del pasaje es la única salida viable; para los usuarios, el riesgo es quedar aún más rezagados frente al encarecimiento del servicio.
