La estadounidense Spirit anunció este viernes 29 de agosto que se acogió por segunda vez en un año a la ley de bancarrota tras un fallido intento de reorganización de la compañía.
La aerolínea de bajo costo continuará operando mientras hace frente al proceso de bancarrota bajo el Capítulo 11, que presentó en la corte federal para el distrito sur de Nueva York y le permite reorganizarse bajo la protección de la ley.
“Spirit pretende utilizar el proceso del Capítulo 11 para implementar los amplios cambios necesarios para hacer la transición de la compañía hacia un futuro sustentable, y posicionarla para ofrecer el mejor valor del mundo en los próximos años”, indicó en un comunicado.
La empresa continuará pagando salarios y beneficios a empleados y los contratistas durante el proceso de bancarrota y se ha mantenido en contacto en los últimos meses con algunos de sus principales acreedores, tenedores de bonos y otras partes clave con miras a su futuro, agregó.
El presidente y consejero delegado de Spirit, Dave Davis, dijo que la anterior petición de la aerolínea en virtud del Capítulo 11 se centraba en reducir la deuda y reunir capital.
Explicó que desde que salió de ese proceso en marzo «ha quedado claro que hay mucho más trabajo por hacer y muchas más herramientas disponibles para posicionar mejor a Spirit de cara al futuro».
Conocida por sus vuelos de bajo coste y sin lujos en una flota de aviones de color amarillo brillante, Spirit ha luchado por recuperarse y competir desde la pandemia del covid-19. El aumento de los costes operativos y de la deuda llevó a la empresa a solicitar la protección por quiebra en noviembre.
Cuando se acogió al Capítulo 11 el año pasado, la aerolínea había perdido más de 2.500 millones de dólares desde principios de 2020.
La aerolínea tiene ahora una deuda a largo plazo de 2.400 millones de dólares, la mayoría con vencimiento en 2030. Informó de un flujo de caja libre negativo de 1.000 millones de dólares al final del segundo trimestre.
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¿Qué pasa si tienes boletos comprados?
Spirit afirmó que seguirá operando con normalidad mientras dura la reorganización corporativa. Los vuelos, la venta de billetes, las reservas y las operaciones continuarán, dijo.
Aunque la aerolínea no prevé que la declaratoria de bancarrota afecte sus operaciones, muestra la difícil situación económica en la que se encuentra para salir adelante.
“Prácticamente todas las principales aerolíneas estadounidenses han utilizado estas herramientas para mejorar sus negocios y posicionarlos para el éxito a largo plazo”, publicó Spirit en su cuenta de Instagram.
La flota de Spirit es relativamente joven, lo que también ha hecho de la aerolínea un atractivo objetivo de adquisición. Pero los intentos de compra de rivales de bajo coste como JetBlue y Frontier fracasaron tanto antes como durante el proceso de quiebra.
En 2022, Frontier Airlines intentó fusionarse con Spirit por valor de 2.900 millones de dólares. Por su parte JetBlue hizo una oferta potencialmente más lucrativa, pero el acuerdo fracasó porque las autoridades alegaron problemas antimonopolio.
Spirit opera 5.013 vuelos a 88 destinos en Estados Unidos, el Caribe, México, Centroamérica, Panamá y Colombia, según el motor de búsqueda de viajes Skyscanner.net.
