El BCE acelera el euro digital para garantizar soberanía en los pagos

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Con el uso del efectivo en retroceso y las tarjetas y aplicaciones dominando los pagos en la eurozona, el Banco Central Europeo (BCE) acelera el desarrollo de un euro digital, una moneda oficial en formato electrónico que busca garantizar el papel del dinero público en un mundo cada vez más digitalizado.

“El principal motivo para emitir un euro digital es preservar las ventajas del efectivo en la era digital”, afirmó Piero Cipollone, miembro del Comité Ejecutivo del BCE, en un discurso reciente. Según explicó, la nueva moneda funcionaría como el efectivo tradicional, pero en versión digital: universalmente aceptada, gratuita para el usuario y con un alto nivel de privacidad.

La caída del efectivo y el avance de los pagos privados

Entre 2019 y 2024, la proporción de pagos en efectivo en la zona del euro pasó del 68 % al 40 % en volumen, y del 40 % al 24 % en valor, lo que refleja el desplazamiento hacia medios digitales gestionados en su mayoría por empresas privadas y, en gran medida, no europeas.

El BCE advierte que esta tendencia incrementa la dependencia de sistemas de pago controlados por compañías tecnológicas extranjeras, que además cobran comisiones a los comercios y excluyen a quienes no tienen acceso a cuentas bancarias o conocimientos digitales avanzados.

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Un proyecto con impacto en la soberanía monetaria

Más allá de la conveniencia para los usuarios, el BCE subraya que el reto es también de soberanía. Sin una alternativa pública, gran parte de la infraestructura financiera europea quedaría en manos privadas y foráneas, lo que limitaría la capacidad del banco central de cumplir su mandato y garantizar la estabilidad monetaria.

“El vacío dejado por la disminución del efectivo se está llenando con soluciones de pago no europeas”, alertó Cipollone, al tiempo que destacó que un euro digital ofrecería privacidad en pagos sin conexión y altos estándares de seguridad en operaciones en línea.

El BCE continúa en fase de diseño del proyecto, que aún requiere definir aspectos como el marco legal, el grado de anonimato, la relación con bancos comerciales y las limitaciones para evitar que sustituya al dinero bancario. Sin embargo, el mensaje es claro: el euro digital pretende ser la versión electrónica del efectivo, un instrumento de pago público en un contexto donde lo digital gana cada vez más terreno.

Con información de Euronews