Precios mundiales de alimentos suben en julio, según la FAO

FAO alimentos

El índice de precios de los alimentos de la FAO subió en julio a un promedio de 130,1 puntos, un alza mensual de 1,6% impulsada por el encarecimiento de la carne y los aceites vegetales. Pese al repunte, el indicador se mantiene 18,8% por debajo del récord de marzo de 2022, aunque 7,6% por encima del nivel de julio de 2024.

El índice, que mide la variación de los precios internacionales de una cesta de productos básicos, reflejó aumentos en carne y aceites que compensaron caídas en cereales, lácteos y azúcar.

El subíndice de aceites vegetales trepó 7,1% hasta 166,8 puntos, su nivel más alto desde 2022, impulsado por las alzas del aceite de palma, soja y girasol. El aceite de palma repuntó por la fuerte demanda global, el de soja por expectativas de mayor consumo para biocombustibles en las Américas, y el de girasol por la menor oferta exportable en la región del Mar Negro. Solo el aceite de colza bajó, gracias al ingreso de nuevas cosechas en Europa.

También puede leer: La ONU califica de “desalentadores” los nuevos aranceles de Trump

Carne marca un nuevo récord

La carne alcanzó 127,3 puntos, un 1,2% más que en junio, registrando un máximo histórico. La carne bovina y ovina lideraron las subidas, apuntaladas por compras de China y EE. UU. También repuntaron las aves de corral, tras la reanudación de importaciones hacia Brasil. En contraste, la carne de cerdo retrocedió por sobreoferta y menor demanda en la UE.

El índice de cereales cayó 0,8% a 106,5 puntos, arrastrado por el trigo y el sorgo, aunque el maíz y la cebada subieron. El arroz retrocedió 1,8% por abundante oferta exportable y débil demanda.

Los lácteos cedieron 0,1% hasta 155,3 puntos, su primera caída desde abril de 2024, con descensos en mantequilla y leches en polvo. El queso fue la excepción, con precios al alza por alta demanda en Asia y el Cercano Oriente.

El azúcar bajó 0,2% a 103,3 puntos, enlazando cinco meses de retrocesos ante expectativas de mayor producción en Brasil, India y Tailandia, aunque el repunte de las importaciones moderó la caída.