Por Ahiana Figueroa | Finanzas Digital
Con 39 años en el mercado de capitales venezolano, Marco Gasperini, presidente de Ratio Casa de Bolsa, sostiene que la Bolsa de Valores de Caracas (BVC) es una plataforma que ha logrado en los últimos tiempos, crear productos para cubrir las necesidades de financiamiento de las empresas y de los inversionistas.
A su juicio, en el país persiste cierto «escepticismo» sobre las bondades del mercado de valores, aunque cada vez son más quienes comienzan a ver oportunidades.
«Tenemos que movernos a medida que surjan las necesidades para abastecer el producto que sea necesario. Lamentablemente desaparecieron la figura de instrumentos a largo plazo, como los bonos quirografarios que eran a más de un año, pero ya volverán, yo pienso que volverán», afirmó en su conversación con Finanzas Digital.
Ratio Casa de Bolsa es junto a los representantes de la BVC promotor de nuevos instrumentos, como los certificados bursátiles. Éstos se negocian en el «mercado de otros bienes», que junto a la renta variable y la renta fija, contribuyen a darle mayor dinamismo al sector. Indicó que inversionistas internacionales ya han mostrado interés en participar en las operaciones de factoring, debido al potencial de crecimiento que prevén.
«El certificado bursátil o factoring es un instrumento que ha calado muy bien dentro del empresariado nacional, y las operaciones aumentaron desde que se comenzó en 2023. En otros países ocupan un lugar importante en cuanto a volumen negociado. En Chile, por ejemplo, representa el 12% del PIB, en México un 15% y en Perú un 3,3%», indicó.
– ¿Podría explicar de forma sencilla qué son los certificados bursátiles y cómo funcionan para el inversionista y para el emisor?
– Este instrumento permite a las empresas obtener financiamiento mediante la venta de sus facturas a terceros. No son objeto de oferta pública y son distintos a las acciones o títulos valores, así como a otros instrumentos de renta fija como los papeles comerciales.
En la operación intervienen tres figuras: el cedente (proveedor) que emite un certificado financiero bursátil para su negociación en la Bolsa, hay un contrato marco de cesión y un deudor cedido (cliente) que paga el certificado, es decir, los derechos de crédito integrados al certificado. En medio de todo ello hay un financista o inversionista que adquiere el certificado (paga al cedente y espera el pago por parte del deudor cedido o del cedente).
La casa de bolsa estructura y coordina toda la operación hasta su pago final, la Sunaval autoriza, supervisa la operación y su ejecución, la Bolsa registra la operación y certifica su liquidación y esta se liquida a través de los principales bancos del país.
– ¿En qué se diferencian del factoring? ¿Cuáles otros instrumentos se negocian en el mercado de otros bienes?
– Es factoring, definitivamente es factoring, nosotros le dimos un nombre criollo. En este mercado de otros bienes se negocian principalmente facturas o certificados de financiamiento bursátil. También se pueden incluir nuevos instrumentos conforme a la legislación, por ejemplo, en el mundo existen los certificados bursátiles fiduciarios y certificados bursátiles bancarios.
Con este mercado en Venezuela estamos rompiendo un paradigma importante. Trabajamos en un plan piloto con un banco que pronto se anunciará, el cual lo aplicará para fideicomiso, algo que no se ha hecho en el país. La banca tiene limitaciones, no puede prestar directamente para esto, entonces estamos manejando un plan piloto.
La banca hacía factoring en el pasado directamente y no a través de la Bolsa. Pero el mercado de valores le da más dinamismo, porque no solo puede ser la banca, sino que también ingresa un financista importante que le interese este mercado.
– ¿Son instrumentos de corto o largo plazo? ¿Cuál es su ventaja? ¿Qué tan atractivos son con respecto a los papeles comerciales?
– Son instrumentos que pueden ser de corto y de largo plazo, pero hasta 180 días porque es lo que nos establece los lineamientos de la Superintendencia. A más a corto plazo son los de 30, 45 o 60 días, pero con una dinámica importante.
La diferencia con los papeles comerciales es que el factoring está inmerso en la dinámica de las tesorerías de las empresas. Una compañía tiene un plan de facturación anual y puede ir descontando esas facturas a distintos plazos. Entonces, eso es lo interesante de esto, porque se adapta a la tesorería de las empresas.
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Alternativa
Para Marco Gasperini, el mercado de renta fija (papeles comerciales y certificados bursátiles) puede llegar a convertirse en una alternativa viable frente al crédito bancario tradicional, y especialmente para la pequeña y mediana empresa (pyme). «Definitivamente, el mercado de valores es mucho más conveniente que la banca en este momento, ya que las tasas de interés son mucho más atractivas».
– ¿Qué nivel de demanda han visto por los certificados bursátiles por parte de los inversionistas y empresas que requieren financiamiento en los últimos meses?
– Hasta junio del 2025, los volúmenes que se ha transado son de 31 millones de dólares. Cuando se iniciaron las operaciones los montos eran de 300 mil, 500 mil o 1 millón de dólares, ha ido creciendo y de verdad que esto es interesante. Hay empresas inclusive que han sido muy exitosas en la colocación de estos instrumentos, como tenemos entendido ha sido así para el Grupo Bursátil Venezolano Casa de Bolsa que ha negociado el 95% del total acumulado hasta junio.
Son pocas las casas de bolsa que están transando estos certificados, sin embargo, creo que eso se ampliará.
– ¿Cuáles son los principales sectores económicos que están utilizando certificados bursátiles como mecanismo de financiamiento?
– Principalmente son de alimentos y farmacéutica, pero hay empresas de varios sectores. ¿Puede ser de cualquiera sector? Por supuesto. En el factoring también está involucrado el tema de calidad, y habrán empresas que tendrán más posibilidades, y otras menos. Pueden participar personas naturales, jurídicas e institucionales.
– ¿Hay montos mínimos o máximos para este tipo de operaciones? ¿Las transacciones se pueden hacer en divisas?
– No hay montos mínimos ni máximos, pero lo interesante es que la empresa puede inscribir un programa de facturas, no una sola. Cuando se inscribe un plan completo de varias facturas, puede que hayan facturas con montos bajos y otras con montos más elevados, todo depende con quién las estén haciendo. No hay limitaciones y sí, se pueden transar en bolívares, en dólares o indexado.
– ¿En cuánto tiempo aprueba la Sunaval el instrumento, es más expedito que la aprobación de los papeles comerciales?
– De inmediato. Los tiempos son sumamente cortos. La autorización también para otro tipo de instrumentos se ha acortado bastante. Hace cinco años o seis años, una emisión se demoraba 45 días o un mes en ser aprobada. Eso cambió.
Carlos Herrera (superintendente nacional de valores) es una persona que ha entendido bien el negocio, ha entendido bien cómo funcionan los procesos y hoy podemos sacar una emisión de papeles comerciales, siempre y cuando la empresa tenga sus estados financieros y su calificación de riesgo al día, en una semana la podemos colocar perfectamente.
– ¿Cuál es el riesgo de este tipo de instrumentos? ¿Por ejemplo, quién es el deudor final de una cuenta por cobrar, la empresa que emite la factura o el que coloca el instrumento en la Bolsa para su negociación?
– Los lineamientos indican que el cedente es el responsable ante el deudor cedido. Por supuesto, el inversionista que está en el medio de la ecuación, sabe que siempre habrá alguien que responderá.
Lo importante a resaltar es que luego de la autorización de la Sunaval, la certificación y toda la transacción sucede en la Bolsa, lo que lo hace transparente y seguro.
– En cuanto a los controles de riesgo y verificación de facturas ¿Cómo garantizarán la autenticidad y vigencia de los derechos de crédito?
– El deudor cedido va a tener como una especie de calificación que la va a dar el mismo cedente, porque el cedente sabe cómo funcionan sus proveedores. Hay, por ejemplo, unos que son triple A. Y ojo, si hay problemas en alguna operación, nos los tienen que informar a las casas de bolsa porque hay un riesgo para el financista, pero que de todas maneras la responsabilidad es del cedente, eso es lo importante a tomar en cuenta.
– ¿Cuáles son los requisitos que debe cumplir una empresa cedente para estructurar este tipo de financiamiento a través de una casa de bolsa?
– Son básicos. Como por ejemplo, la copia de la cédula de identidad, del R.I.F. y del ISLR, referencias bancarias, balance general y estado de resultado, copia de los estatutos, copia del documento que soporte los activos objeto de negociación en la Bolsa, entre otros.
En realidad, ya nosotros las casas de bolsa tenemos el expediente de las compañías, de nuestros clientes. Si la Superintendencia quiere fiscalizar y saber más sobre los clientes, basta con solicitarnos el expediente y nosotros se lo compartimos.
– ¿Qué tan atractivos pueden ser estos instrumentos para el inversionista minorista o institucional? ¿Qué tipo de rendimiento o riesgo podrían esperar?
– Los rendimientos son muy buenos. Estamos hablando de rendimientos del 12% al 14% inclusive.
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Buena regulación, más información
Como actor desde hace muchos años dentro del mercado de capitales venezolano, el presidente de Ratio considera que aún falta en el país un buen nivel de educación financiera entre los inversionistas. Es por ello, dijo, es necesario informar cada vez más sobre lo que se ofrece y se puede hacer en el mercado de capitales. Recalcó que siempre habrá «escepticismo», pero que cada vez son más quienes ven oportunidades.
«Los escépticos están allí. Inclusive las casas de bolsa que nos acompañaron al principio con el tema de impulsar los certificados bursátiles no le veían mucho futuro y hoy son los que más están transando. Ahora somos pequeños, negociamos apenas 30 millones, pero creo que terminaremos el año en 60 millones de dólares. Todo es riesgo sí, esa brecha se irá hacia cerrando a medida que nosotros transamos más y las condiciones de Venezuela sean más favorables», apuntó.
– ¿Cómo observa al sector las casas de bolsa, hay unas 36 inscritas en la Bolsa, pero se observa que son pocas, unas 15 que siempre son las que más operan?
– Creo que estamos sobredimensionados. Es posible que podamos ver algunas alianzas estratégicas entre ellas y así se fortalezcan. Estoy seguro que más de una sociedad de corretaje aceptaría una alianza. Ahora, la Bolsa tiene que comenzar a ponerle el ojo a las que no producen, debe ser vigilante, porque tienen que comenzar a producir, a innovar, a ser creativas.
– ¿Cree que el marco normativo actual ofrece suficiente seguridad jurídica y operativa tanto para cedentes como para inversionistas?
– Creo que las leyes actuales del mercado de capitales son idóneas. Desde la Ley del Mercado de Valores del 2015, la normativa de emisiones en dólares de 2019 y hasta las últimas regulaciones. Además de ofrecer seguridad, ya que las emisiones están totalmente garantizadas, es decir, no hay mayor riesgo para el inversionista; también son flexibles porque dejan abierta la ventana para otras operaciones. Por ejemplo, la normativa de emisiones en dólares o de papeles comerciales en dólares, permite que se puedan estructurar en el mercado interno y colocarlos afuera en cualquier país vecino.
Entonces, la ley actual de mercado de capitales no necesita por el momento ningún tipo de modificación. Ahora claro, siempre habrá necesidad de que los mercados de valores se copien mucho de la experiencia de otros. Cada vez que me reúno en la Bolsa, cada vez les digo, «señores, tenemos que salir de donde estamos encerrados. Tenemos que ver qué están haciendo los países alrededor nuestro. Y no es solo Colombia, tenemos que ver la experiencia de Perú, de Chile, de los grandes como Brasil».
– ¿Cuáles son sus expectativas para el mercado en la segunda parte del año?
– Espero que más empresas se sumen al mercado de valores venezolano. Se necesitan más empresas. Ha mejorado la capitalización de las empresas inscritas en la Bolsa, pero aún falta. Todavía falta más confianza, que es un tema que nos tiene trancados y que bueno, poco a poco iremos sobreponiéndonos a eso.
– ¿Qué innovaciones o productos tienen previsto lanzar desde su casa de bolsa en los próximos meses?
– En Ratio nos consideramos un laboratorio de innovación. Actualmente buscamos dar mayor volumen a productos como el certificado bursátil, un instrumento clave que requiere generar más interés entre los inversionistas. El financiamiento es nuestra prioridad, por lo que desarrollamos varios planes piloto. Desde hace más de un año realizamos las primeras operaciones y, una vez que logremos mayor volumen, toda la banca se sumará. Cada día trabajamos en nuevas ideas y soluciones.
– Finalmente, ¿Qué mensaje le daría a los inversionistas que aún tienen dudas sobre entrar al mercado de valores local? ¿Qué ventajas ofrece invertir a través de la Bolsa de Caracas?
– Pienso que podemos ser una opción muy atractiva para la inversión, en todos los sentidos y con todos nuestros instrumentos, incluidos los de deuda externa. En el mercado internacional se ha observado un movimiento interesante en los bonos de la República de Venezuela y de Pdvsa. Muchos fondos mantienen esos bonos desde hace años; aunque estamos en default, algo están percibiendo que genera interés.
Creo que, aunque la capitalización de las empresas ha aumentado significativamente, Venezuela sigue siendo una gran apuesta. En cualquier momento podríamos ocupar un lugar destacado en Latinoamérica y, especialmente, en Sudamérica.

