La economía mexicana marcó un alto en mayo de 2025. De acuerdo con cifras desestacionalizadas publicadas este lunes por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) —una suerte de “termómetro” mensual de la economía— no registró variación respecto al mes anterior. En términos anuales, el avance fue marginal: apenas un 0,4%.
Detrás de esta aparente quietud, sin embargo, se agita un mosaico económico desigual, en donde algunos sectores dan señales alentadoras mientras otros siguen en franco retroceso.
Primarias al alza, terciarias a la baja
Por componentes, las actividades primarias (agricultura, ganadería) fueron las que más sorprendieron, con un avance mensual de 3,6% y un impresionante 5,4% a tasa anual. Dentro del sector agropecuario, la agricultura creció 5,9% en comparación con mayo del año pasado, mientras que la cría y explotación de animales subió 4,5%.
En contraste, el sector terciario —que incluye el comercio y los servicios— cayó 0,4% mensual. Esto encendió algunas alertas, considerando que estas actividades representan la columna vertebral del empleo y el consumo interno del país. A tasa anual, el sector apenas creció 0,6%.
La caída mensual del comercio al por mayor (-2,6%) y la debilidad persistente en servicios de esparcimiento (-3,4%) evidencian una demanda interna aún frágil. Pese a ello, hubo “luces verdes” en sectores como los servicios de apoyo a negocios y manejo de residuos, que crecieron 15,9% anual; y en los servicios profesionales, que repuntaron 6,4%.
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Industria: una recuperación desigual
Las actividades secundarias —el sector industrial— crecieron apenas 0,6% mensual, pero en términos anuales siguen en números rojos (-0,4%). Las manufacturas, que usualmente sirven de ancla al crecimiento, avanzaron solo 0,1% en el mes y 1,4% anual.
La minería continúa siendo el talón de Aquiles: se desplomó 1,1% en el mes y 8,4% frente a mayo de 2024. En contraste, la construcción mostró señales de recuperación con un crecimiento mensual de 2,8%, aunque aún arrastra una caída anual de 1%.
Un arranque de año con altibajos
En el acumulado de enero a mayo, el IGAE prácticamente no se ha movido respecto al mismo periodo del año anterior (0,0%), lo que confirma que la economía mexicana sigue navegando en aguas estancadas.
Las actividades secundarias retrocedieron 1,4% en ese lapso, mientras que las primarias crecieron 5,3% y las terciarias, 0,5%. Es decir, el impulso viene del campo y ciertos nichos de servicios, pero sin tracción suficiente para levantar el conjunto.
Un panorama cauteloso
Los datos reflejan una economía que camina con paso corto y desigual. Mientras algunos nichos innovan y crecen —como los servicios profesionales o de apoyo empresarial—, otros sectores clave como la minería, el comercio mayorista y los servicios recreativos siguen dando señales de debilidad estructural.
En el contexto de una política monetaria todavía restrictiva y de un entorno global volátil, los números de mayo refuerzan la urgencia de destrabar motores internos de crecimiento, fortalecer el consumo y dar certidumbre a la inversión.
