Estudio de la UCAB: ingresos en Bolívar solo cubren 63% de la canasta alimentaria

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Foto: referencial

El bienestar de los habitantes del estado Bolívar se encuentra en un nivel alarmantemente bajo, con ingresos que no alcanzan para cubrir necesidades básicas, precariedad laboral creciente y un deterioro sostenido de los servicios públicos. Así lo revela el III Estudio de Bienestar Humano en la región, presentado por el Centro de Estudios Regionales de la Universidad Católica Andrés Bello (CER-UCAB) durante el Seminario Internacional celebrado el pasado 11 de julio en UCAB Guayana.

Aiskel Andrade, directora del CER-UCAB, expuso los resultados de esta investigación que recoge una radiografía precisa de las condiciones de vida de los bolivarenses, desde una perspectiva tanto objetiva como subjetiva. La encuesta, realizada a 621 personas de los 11 municipios del estado entre noviembre y diciembre de 2024, evalúa aspectos materiales y no materiales del bienestar: ingreso, empleo, servicios, salud, participación comunitaria y redes sociales, entre otros.

Ingresos insuficientes y empleos sin protección

Uno de los hallazgos más preocupantes del estudio es el ingreso familiar promedio, que se ubicó en 316,77 dólares, cubriendo apenas el 63,53% de la canasta alimentaria familiar estimada por el Cendas-FVM para el mismo período. En términos individuales, el ingreso promedio fue de 115,07 dólares.

A ello se suma una alta tasa de trabajadores independientes (25,76%) y un preocupante 32,47% de personas sin acceso a seguro de salud o algún tipo de protección social. «Esto revela una informalidad laboral estructural que se ha venido consolidando», advirtió Andrade.

Crisis de servicios públicos y malestar social

El acceso a servicios básicos también mostró signos de deterioro: apenas el 59,42% de los encuestados declaró tener acceso al agua —con interrupciones frecuentes— y el 71,01% dijo recibir electricidad, también de forma inestable. Casi el 30% no tiene conexión a internet y el 35% reporta dificultades para acceder al transporte público.

La percepción sobre las relaciones sociales también refleja un tejido social debilitado: solo el 41% de los encuestados está satisfecho con sus vínculos personales, siendo la familia y la pareja los principales soportes. Apenas el 29% incluye a los vecinos como parte de su red de apoyo.

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Índice de bienestar en retroceso

El Índice General de Bienestar en Bolívar se ubicó en 0,47, por debajo de los niveles registrados en 2022 y 2023, lo que representa una señal clara de retroceso. El municipio Roscio es el más afectado, con un índice de apenas 0,33, asociado especialmente a la falta de servicios como el agua.

Para Andrade, estos resultados deben ser interpretados a la luz del enfoque multidimensional del estudio.

«El bienestar no puede medirse solo con indicadores de consumo o ingreso. También hay que considerar lo que las personas valoran y cómo se sienten respecto a sus condiciones de vida», explicó.

Entre los aspectos más valorados por los encuestados están la seguridad en sus hogares, la utilidad de sus habilidades educativas y la independencia en el trabajo. Por el contrario, destacan como fuentes de insatisfacción los bajos ingresos, la inestabilidad laboral, la deficiencia de servicios públicos y la escasa confianza en las instituciones de seguridad.

Llamado a repensar las políticas públicas

Durante el seminario, Ronald Balza Guanipa, decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la UCAB, subrayó la relevancia de este tipo de estudios para el diseño de políticas públicas más ajustadas a la realidad local. «No basta con mirar datos agregados. Se necesitan estudios regionales, con enfoques cualitativos, que permitan entender cómo se experimenta la pobreza desde la vida cotidiana», afirmó.

Balza recordó iniciativas previas como la Encovi y la Encuesta de Empresas en Ciudad Guayana, destacando la necesidad de combinar métodos cuantitativos y cualitativos para tener un “móvil de conocimiento que se arma pieza por pieza”.

Mirada latinoamericana al bienestar subjetivo

El evento cerró con la intervención de Beltrán León, director del Observatorio de Calidad de Vida y Salud Social de la Universidad Veracruzana de México, quien presentó su modelo de medición de bienestar subjetivo, con énfasis en las dimensiones individuales, sociales y contextuales.

«Los individuos pueden sentirse felices incluso en la pobreza, pero eso no debería bastarnos», alertó León, al señalar la necesidad de fortalecer los factores externos para lograr un desarrollo integral.

Al finalizar, UCAB y la Universidad Veracruzana formalizaron un convenio de cooperación en materia de investigación social. Un paso más en el esfuerzo conjunto por comprender —y eventualmente transformar— las complejas realidades del bienestar humano en América Latina.