La inversión extranjera directa (IED) en América Latina y el Caribe alcanzó los 188.962 millones de dólares en 2024, un incremento del 7,1% respecto al año anterior. Sin embargo, detrás del crecimiento, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) advierte que persisten debilidades estructurales que limitan el potencial transformador de estos capitales.
Así lo refleja el informe anual La Inversión Extranjera Directa en América Latina y el Caribe 2025, presentado este miércoles en Santiago de Chile. Aunque la región logró captar más recursos, su peso relativo en la economía ha disminuido: la IED representó el 13,7% de la formación bruta de capital fijo (FBCF) y apenas el 2,8% del PIB, cifras por debajo de los promedios de la década pasada.
Empresas ya instaladas dominan la inversión
El motor del repunte no fue la llegada de nuevos actores, sino las reinversiones de utilidades por parte de transnacionales que ya operan en la región. Mientras tanto, los aportes de capital —que implican la llegada de nuevas empresas— siguen estancados. Según la Cepal, esto refleja un bajo apetito inversor por instalar operaciones frescas en el continente.
Las cifras también muestran un sesgo sectorial. Las inversiones en hidrocarburos lideraron los anuncios, mientras que las energías renovables y los sectores intensivos en tecnología perdieron protagonismo.
Brasil y México acaparan el flujo
El buen desempeño de Brasil (con un alza de 13,8%) y México (47,9%) fue determinante. Ambos países concentraron el 62% de toda la IED recibida: 38% para Brasil y 24% para México. Les siguen Colombia, Chile y Argentina, aunque en estos tres casos la entrada de capitales cayó respecto a 2023.
Por sectores, la industria manufacturera captó un 43,6% del total, superando por poco al rubro de servicios (40,4%). Los recursos naturales, aunque clave en el discurso de sostenibilidad regional, solo absorbieron un 16% del total.
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EE.UU. lidera, China aún marginal
Estados Unidos se consolidó como el principal origen de la IED hacia la región, con una participación del 38%. En contraste, la presencia china fue mínima: apenas 2%. Cepal aclara que parte del capital chino entra vía terceros países o mediante mecanismos que no clasifican como IED en las cuentas oficiales, como concesiones o contratos de infraestructura.
La Unión Europea, descontando a Luxemburgo y Países Bajos, apenas aportó el 15% del total, su nivel más bajo desde 2012.
En el plano inverso, las empresas latinoamericanas también salieron a invertir. Las salidas de IED desde la región crecieron 47% y sumaron 53.033 millones de dólares. Brasil fue el mayor inversor, con el 46% del total, mientras que México protagonizó el mayor crecimiento relativo.
Minerales críticos: gran oportunidad, bajo valor agregado
El segundo capítulo del informe se centra en la minería de minerales críticos —como el litio y el cobre— fundamentales para la transición energética global. La región ha sido destino de más de 230.000 millones de dólares en anuncios de inversión entre 2005 y 2024, sobre todo en Chile, Perú, Brasil y Argentina.
Sin embargo, la Cepal advierte que esta bonanza no ha traído una mayor sofisticación productiva. El 62% de las exportaciones de estos minerales corresponde a productos sin o con poco procesamiento. “La región no ha logrado articular la atracción de inversiones con políticas de desarrollo productivo”, alerta el organismo.
Digitalización: más anuncios, pero pocas transformaciones
El tercer capítulo del informe analiza la IED vinculada a la transformación digital. Aunque se han registrado avances, América Latina sigue captando apenas el 7% del flujo mundial en este segmento.
La mayoría de los anuncios se concentraron en comunicaciones —infraestructura crítica para tecnologías como la inteligencia artificial— y en el sector de software, que genera empleo calificado, pero con montos más bajos. México y Brasil lideran también en este ámbito.
La Cepal propone un enfoque más estratégico. “Es momento de usar la IED como una herramienta para un desarrollo más productivo, inclusivo y sostenible”, afirmó José Manuel Salazar-Xirinachs, secretario ejecutivo del organismo. En esa línea, el informe sugiere fortalecer capacidades técnicas, operativas y de gobernanza, y alinear las políticas de atracción de inversiones con estrategias de desarrollo productivo y digital.
