La Unión Europea intenta mantener abiertas las líneas de diálogo con Estados Unidos tras el anuncio del presidente Donald Trump de imponer un arancel del 30 % a las importaciones de productos europeos, pero al mismo tiempo se prepara para responder con medidas de reequilibrio comercial por un valor de hasta 72.000 millones de euros.
El anuncio lo hizo este lunes el comisario europeo de Comercio, Maros Sefcovic, a su llegada a una reunión de ministros del área en Bruselas. Allí dejó claro que, si bien la Comisión Europea desea evitar una escalada, no se quedará de brazos cruzados si Washington no da señales de apertura.
“Pretendo hablar nuevamente con mis contrapartes, porque no puedo imaginarme desistir sin hacer un verdadero esfuerzo”, declaró Sefcovic. “En nuestros últimos contactos noté disposición a continuar las negociaciones. Pero debemos prepararnos para todos los escenarios”, añadió.
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Bruselas evalúa contramedidas «proporcionadas»
Sefcovic indicó que los gravámenes estadounidenses, que entrarían en vigor el 1 de agosto, están generando una incertidumbre inaceptable en el comercio transatlántico. Por ello, la Comisión Europea ya trabaja en una segunda lista de productos estadounidenses sujetos a represalias, por un volumen equivalente a las nuevas tarifas.
“Nuestras medidas sobre el acero y el aluminio están suspendidas hasta principios de agosto”, recordó el comisario. “Hoy compartiremos con los Estados miembros una propuesta de respuesta que cubre exportaciones estadounidenses valoradas en 72.000 millones de euros”.
La medida, explicó, busca restablecer el equilibrio en una relación que se ha visto afectada por decisiones unilaterales desde Washington.
Negociación abierta, pero con plazos
A pesar del tono firme, la Unión Europea dejó claro que la vía del diálogo sigue abierta. En una misiva enviada el sábado a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, el presidente Trump sugirió que aún sería posible encontrar un punto de acuerdo antes de la entrada en vigor de los aranceles.
Por esa razón, Bruselas ha optado por posponer la aplicación inmediata de sus contramedidas, extendiendo el compás de espera hasta principios de agosto.
“Como he dicho otras veces: hacen falta dos manos para aplaudir”, subrayó Sefcovic, en una frase que resume el sentir político de una Europa que se debate entre la diplomacia y la firmeza comercial.
