La Cámara de Empresas de Servicios de Telecomunicaciones (Casetel) proyecta que para finales de 2025 toda la red móvil del país habrá migrado completamente a tecnologías 4G y 4G+, consolidando un salto cualitativo en la capacidad de transmisión de datos y en la calidad del servicio para millones de usuarios.
Pedro Marín, presidente del gremio, explicó que esta transición representa “un avance muy importante en lo que son las velocidades de transmisión de datos y los anchos de banda”, en un contexto donde la conectividad se ha vuelto un factor clave para la productividad y la inclusión digital.
5G: avances puntuales y enfoque en FWA
Aunque la red 5G aún no se despliega de forma masiva, Marín destacó que ya se están desarrollando proyectos estratégicos como el Internet fijo inalámbrico de alta velocidad (FWA, por sus siglas en inglés). Esta tecnología permitiría ofrecer banda ancha sin necesidad de tendidos de fibra óptica, una solución especialmente relevante para zonas donde el cableado tradicional no ha llegado —ni se prevé que llegue a corto plazo.
“En los lugares donde se instale el 5G vas a poder tener Internet de banda ancha de alta velocidad en casa sin la necesidad que sea cableado a través de fibra”, afirmó Marín en entrevista con Unión Radio.
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Una industria que resiste y se reinventa
Pese a los desafíos estructurales que enfrenta el sector —desde restricciones cambiarias hasta limitaciones logísticas—, el presidente de Casetel aseguró que los indicadores actuales del sector se encuentran “dentro del promedio de la región”. Esta afirmación sugiere una recuperación paulatina tras años de rezago tecnológico y caída de inversiones.
En un giro que podría tener implicaciones regionales, Marín anunció que a finales de este año comenzará a operar una planta de fabricación de fibra óptica en el país. Este desarrollo no solo busca fortalecer la infraestructura local, sino también abrir oportunidades de exportación hacia otros mercados latinoamericanos.
La migración total a 4G y 4G+ no solo representa una mejora técnica: es también una señal de que el ecosistema digital venezolano busca alinearse con estándares internacionales, pese a las restricciones internas. La apuesta por tecnologías como FWA y la producción nacional de fibra óptica podrían marcar el inicio de una nueva etapa para las telecomunicaciones en Venezuela, más resiliente y con vocación de crecimiento.
