La multinacional Unilever decidió desprenderse de su división de helados en Venezuela como parte de su estrategia global de reestructuración. La operación fue llevada a cabo por la empresa Mack, un grupo venezolano tradicionalmente vinculado al sector automotriz, según reportó Bloomberg en Línea este jueves 10 de julio.
El acuerdo incluye el traspaso de la planta de producción ubicada en Valencia, estado Carabobo, así como la marca Tío Rico, ampliamente reconocida en el mercado local. El monto de la transacción no fue revelado.
La decisión de Unilever responde a una estrategia anunciada a comienzos de 2024, cuando la compañía angloholandesa informó su intención de escindir su negocio de helados en todo el mundo. El objetivo es concentrarse en otras líneas consideradas más rentables y estratégicas, como el cuidado personal, los productos de limpieza y los alimentos.
Tío Rico fue por décadas una referencia en el sector de consumo masivo en Venezuela. La planta de Valencia es uno de los pocos activos industriales de envergadura que aún permanecen operativos en el país bajo el paraguas de una transnacional. Ahora, pasará a manos del grupo nacional cuyo principal foco de negocios ha estado en la comercialización de vehículos y repuestos.
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Contexto de la salida
Desde Mack indicaron que mantendrán la continuidad operativa de la planta y el portafolio de productos, sin mayores cambios inmediatos. Voceros de la empresa señalaron que ven en el negocio de alimentos una oportunidad de expansión en medio de un entorno económico que, aunque todavía volátil, ofrece espacios para el crecimiento de actores locales con capacidad operativa.
Unilever redujo su presencia directa en varios países con economías complejas, y Venezuela no ha sido la excepción. Aunque la compañía mantendrá otras líneas de negocio en el país, esta salida marca el cierre de un capítulo importante en el mercado de consumo masivo local.
La operación se da en un contexto en el que grandes corporaciones evalúan constantemente su permanencia en economías con alta inflación, restricciones cambiarias y bajo poder adquisitivo, como la venezolana.
Con información de Bloomberg en Línea
