El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha comprado más de 100 millones de dólares en bonos corporativos, estatales y municipales desde que asumió el cargo en enero, de acuerdo con las más recientes declaraciones financieras divulgadas por la Oficina de Ética Gubernamental (OGE, por sus siglas en inglés).
Los formularios, publicados en línea el martes, detallan que el mandatario republicano realizó más de 600 operaciones financieras entre el 21 de enero —un día después de su investidura para un segundo mandato— y las semanas siguientes.
Aunque el informe no especifica los montos individuales de cada transacción, sí revela un amplio abanico de activos. Las compras incluyen bonos corporativos de Citigroup, Morgan Stanley, Wells Fargo, Meta, Qualcomm, The Home Depot, T-Mobile USA y UnitedHealth Group, entre otros.
En paralelo, Trump también adquirió deuda emitida por ciudades, estados, condados, distritos escolares, compañías de gas y diversos entes locales, lo que diversifica su portafolio hacia sectores sensibles a la política económica de su propio Gobierno.
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Posibles conflictos de interés
El presidente, empresario convertido en político, ha insistido en que trasladó la gestión de sus empresas a un fideicomiso controlado por sus hijos. Sin embargo, la declaración anual de impuestos presentada en junio mostró que sus ingresos siguen vinculados en última instancia a sus negocios, lo que ha alimentado acusaciones de conflictos de interés.
Expertos señalan que las inversiones en áreas que podrían beneficiarse directamente de decisiones de política pública —como infraestructura, energía o salud— plantean interrogantes éticos sobre la separación entre los intereses privados del presidente y su papel en la formulación de políticas nacionales.
La Casa Blanca declinó responder el miércoles a una solicitud de comentarios sobre las revelaciones.
Con información de Reuters
