El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, se prepara para ofrecer este viernes su último discurso en el simposio de Jackson Hole, en medio de un delicado equilibrio entre una inflación aún elevada, un mercado laboral debilitado y las presiones políticas del presidente Donald Trump. Su mensaje será decisivo para las expectativas de Wall Street, que apuesta por un recorte de tasas en septiembre.
Los datos más recientes muestran un aumento de precios en julio —con la inflación subyacente en 3,1% anual, por encima de la meta del 2%—, al tiempo que los informes de empleo reflejaron contrataciones más débiles de lo previsto en mayo, junio y julio. Ese choque de señales ha intensificado el dilema del banco central, que mantiene su tasa clave en 4,3%.
“Así que la trama se ha complicado”, explicó David Wilcox, execonomista de la Fed y director de investigación en Bloomberg Economics. “El dilema en el que se encuentra la Fed se ha vuelto más intenso”.
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Expectativas sobre las tasas
Powell podría optar por abrir la puerta a un recorte de tasas este año o mantener su tono cauto y esperar más evidencias del impacto de los aranceles de Trump sobre la inflación. Economistas anticipan que difícilmente comprometerá un movimiento inmediato en septiembre, lo que podría decepcionar a los mercados.
El discurso llega en un contexto de tensiones inéditas. Trump ha intensificado sus críticas al banco central y a Powell en particular, cuestionando incluso el costo de la remodelación de las oficinas de la Fed y exigiendo la renuncia de la gobernadora Lisa Cook por acusaciones de fraude que ella niega. Pese a ello, Powell ha sido reconocido por su calma y por mantener la independencia del organismo en un mandato de ocho años marcado por la pandemia, el repunte inflacionario y el endurecimiento monetario más agresivo desde los años ochenta.
Más allá de las presiones políticas, la Fed enfrenta un panorama de desaceleración económica. El crecimiento en la primera mitad del año fue de apenas 1,2% anualizado; las ventas de viviendas cayeron a mínimos de nueve meses y el consumo privado se mantiene débil.
Powell, que concluye su mandato en mayo, deberá demostrar nuevamente su capacidad para navegar entre fuerzas encontradas: el mandato de la Fed de preservar la estabilidad de precios y promover el empleo máximo, frente a un escenario donde ninguno de los dos objetivos parece al alcance en el corto plazo.
Con información de Associated Press
