Aranceles e impuestos complican el panorama económico de América Latina en 2025

JPMorgan
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Un artículo de análisis de JPMorgan, elaborado por Nur Cristiani, directora de Estrategia de Inversiones para América Latina; junto a los estrategas globales de inversiones Federico Cuevas y Kenneth Datta, advierte que la región enfrenta un 2025 marcado por tensiones comerciales, nuevos impuestos y una desaceleración económica.

El análisis señala que Estados Unidos amplió sus políticas arancelarias a socios estratégicos. México y Canadá, inicialmente exentos, enfrentan ahora gravámenes del 30% y 35%, respectivamente, sobre productos fuera del Tratado T-MEC. En el caso de Brasil, Washington impuso un arancel del 50% sobre algunas exportaciones, una de las cargas más altas aplicadas por la administración estadounidense.

A ello se suman aranceles cruzados con China —del 51,1% para exportaciones estadounidenses y 32,6% para las chinas—, además de un arancel del 30% a productos de la Unión Europea, con posiciones divididas entre Alemania y Francia sobre cómo responder. Pese a la reducción de aranceles a vehículos y componentes aeronáuticos del Reino Unido, la incertidumbre general sigue pesando sobre la actividad global.

Crecimiento revisado a la baja

Las nuevas cargas comerciales y fiscales han llevado a JPMorgan a reducir sus proyecciones de crecimiento para América Latina a 0,8% en el último trimestre de 2025, frente al 1,5% estimado previamente. México, República Dominicana y Colombia figuran entre los países más afectados, con revisiones a la baja que en algunos casos pasan a terreno negativo.

Otro factor clave identificado es la entrada en vigor, a partir de 2026, de un impuesto del 1% sobre las remesas en efectivo enviadas desde Estados Unidos. Aunque la tasa es menor que la propuesta original del 3,5%, podría desalentar el uso de canales formales y reducir el flujo hacia economías altamente dependientes de estas transferencias, como Honduras, Guatemala, El Salvador y México, que en 2024 recibió un récord de 68.200 millones de dólares.

Pese a ello, el Banco Mundial prevé que las remesas se mantendrán resilientes, recordando que históricamente este flujo ha resistido crisis como la Gran Recesión de 2009 o periodos de deportaciones masivas.

Ante este escenario, los autores recomiendan a inversionistas y gestores de portafolio diversificar hacia activos en divisas fuertes y sectores menos expuestos a la guerra comercial, como la infraestructura o los fondos de cobertura no correlacionados. La meta: proteger el capital en un año donde la incertidumbre seguirá dominando el panorama global.