Irfaan Ali, juró este domingo 7 de septiembre para un segundo mandato como presidente de Guyana, el país con mayor crecimiento económico del mundo gracias a su bonanza petrolera.
Superada la contienda electoral, Ali instó a la unidad en su discurso tras tomar posesión del cargo. «Nuestros mayores logros siempre se alcanzan cuando nos mantenemos unidos. Hoy me comprometo a ser un presidente para cada comunidad, cada sector y cada guyanés», afirmó.
La Comisión Electoral de Guyana declaró formalmente a Irfaan Ali como presidente electo, tras el triunfo de su Partido Progresista del Pueblo/Cívico (PPP/C) en las elecciones del pasado 1° de septiembre.
Su victoria se conocía desde hace días por las actas de escrutinio. Pero faltaba el anuncio oficial de la Comisión Electoral, que se retrasó debido a que la oposición solicitó el recuento de votos en un distrito.
Según los resultados finales, el PPP/C obtuvo una contundente victoria con más de 240.000 votos a su favor, lo que se tradujo en una mayoría de 36 escaños en la Asamblea Nacional, reportó la agencia EFE.
Mientras tanto, el partido recientemente creado Invertimos en la Nación (WIN) se hizo con aproximadamente 109.000 votos, que le aseguran 16 escaños. La Alianza de Unidad Nacional (APNU) logró 77.000 votos y 12 escaños y el Movimiento Adelante Guyana obtuvo un escaño.
El PPP/C ganó en ocho de los diez distritos electorales, incluidas las Regiones Cuatro y Ocho, tradicionales bastiones de APNU, que ha sido el gran derrotado en los comicios.
Trayectoria
Irfaan Ali supo capitalizar la bonanza petrolera para impulsar el desarrollo social. Mientras enfrenta críticas por su cercanía con ExxonMobil, su país se convirtió en uno de los mayores productores de petróleo per cápita del mundo.
Proveniente de la comunidad musulmana de la población de origen indio, considerada como mayoritaria en el país. Fue reelegido cinco años después de haber derrotado al entonces presidente David Granger, quien buscaba un segundo mandato.
Hijo de un matrimonio de maestros, nació el 25 de abril de 1980 en Leonora, un pueblo en la orilla occidental del río Demerara, a unos 30 kilómetros de la capital Georgetown. Tras terminar sus estudios en el Reino Unido y Jamaica, que incluyó un doctorado en urbanismo y planificación regional, trabajó para varios ministerios. Fue elegido diputado por primera vez en 2006.
Se dice que fue designado candidato presidencial en 2020 por el expresidente Bharrat Jagdeo (1999-2011), secretario general del Partido Progresista del Pueblo (PPP) y aún considerado como el hombre más poderoso del país, según la agencia AFP.
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«La economía del futuro»
Ali es el primer presidente en beneficiarse realmente de la bonanza petrolera, explotada desde 2019.
«He cumplido mis promesas, pueden confiar en mí», repitió durante la campaña, al citar numerosas obras realizadas como carreteras, puentes, hospitales, escuelas.
Justo antes de las elecciones, presidió el «último vertido de concreto» del inmenso puente que cruza el río Demerara en Georgetown, uno de los símbolos de su mandato y que no estará operativo hasta dentro de unas semanas.
Sus detractores lo acusan de encarnar una política de inauguraciones simbólicas o de «corte de cintas». Casado con Arya, padre de dos hijos, suele afirmar que es necesario gestionar los ingresos del petróleo pensando en las generaciones futuras.
«Estas son riquezas para las generaciones presentes y futuras. El petróleo y el gas nos brindan los recursos necesarios para construir la economía del futuro. Diversificar y establecer diferentes pilares sobre los cuales descansará la economía», afirmó.
Durante la campaña repitió esta consigna, mientras prometía proteger la selva tropical que cubre el 95% del territorio y que constituye también una fuente de ingresos mediante los créditos de carbono.
En medio de su mandato, vio a Venezuela relanzar sus pretensiones sobre el Esequibo, territorio administrado por Guyana pero objeto de una disputa histórica entre ambos países. Apoyándose en el respaldo estadounidense, adoptó una actitud firme e intransigente hacia Caracas.
