Nicolás Maduro informó que la economía venezolana creció 7,71% durante el primer semestre de 2025, según estimaciones preliminares basadas en un «boletín especial» del Banco Central de Venezuela (BCV), que —aseguró— será publicado próximamente.
Durante su programa semanal Con Maduro+, el mandatario señaló que el Producto Interno Bruto (PIB) avanzó 9% en el primer trimestre y 6,65% en el segundo, impulsado por la actividad petrolera (14,99%) y la minería (11,23%). También mencionó incrementos en alojamiento y servicios de comida (8,25%), comercio (7,19%), telecomunicaciones (7,13%) y manufactura (6,24%).
No obstante, en las calles la percepción es distinta: los salarios siguen rezagados, la inflación erosiona el poder de compra y la mayoría de los venezolanos debe combinar varios trabajos o depender de remesas del exterior para cubrir necesidades básicas.
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Tres oficios para sobrevivir
Emilio*, mecánico automotriz de la parroquia Coche, al suroeste de Caracas, es uno de esos trabajadores que buscan ingresos adicionales. Con 20 años de experiencia reparando motores, pensó que su oficio le daría estabilidad económica, pero hoy alterna la mecánica con el transporte como taxista y, cuando puede, corta cabello a conocidos.
«Cuando estaba chamo hice un curso de barbería. Hace dos años compré una maquinita de afeitar, unas hojillas y unas tijeras, y eso también me ayuda con mis ingresos, pero la barbería solo la hago con amigos y gente de confianza», dijo a Crónica Uno.
Su rutina diaria es intensa y sin pausas. A veces pasa horas esperando a un cliente que necesite mantenimiento del motor, y si no aparece ninguno, convierte el pequeño estacionamiento alquilado donde trabaja en una barbería improvisada.
«Aquí si uno no trabaja duro se muere de hambre, esa es la realidad. El gobierno dice que la economía está mejorando, pero cada día la plata te alcanza menos. Antes con 100 dólares uno hacía tremendo mercado; ahora apenas alcanza para medio comprar», relató.
Con tres trabajos a cuestas logra reunir entre 600 y 700 dólares mensuales, pero el dinero se va casi por completo en alimentos, medicinas y gastos básicos.
Historias como la de Emilio reflejan el contraste entre el discurso oficial de crecimiento económico y la economía real de los hogares venezolanos, marcada por la precariedad laboral, el encarecimiento de la vida y la dependencia de las remesas familiares.
(*) La información de esta nota incluye aportes de fuentes que solicitaron anonimato por motivos de seguridad.
