La administración de Donald Trump decidió retener las aprobaciones necesarias para que varias petroleras extranjeras operen en Venezuela, mientras mantiene vigente la autorización para que Chevron continúe con sus actividades en el país.
Las compañías europeas Repsol (España), Eni (Italia) y Maurel & Prom (Francia) se encuentran entre las afectadas por la medida, que deja sus proyectos en suspenso, reseñó Bloomberg.
El Gobierno estadounidense busca equilibrar la presión política contra el gobernante Nicolás Maduro con la necesidad de proteger la seguridad energética, evitando impactos inmediatos en los precios del crudo.
En julio, el Departamento del Tesoro ya había emitido una licencia especial que permite a Chevron reanudar producción y exportación de petróleo venezolano, convirtiéndose en la única gran petrolera occidental con margen de operación en el país sudamericano.
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Dentro de la Casa Blanca existen visiones encontradas. El secretario de Estado, Marco Rubio, encabeza la línea dura hacia Venezuela, mientras que el enviado especial Richard Grenell ha defendido un enfoque más pragmático para resguardar intereses energéticos de EE. UU.
Hasta ahora, ni las autoridades estadounidenses ni las compañías europeas mencionadas han ofrecido comentarios oficiales sobre la decisión.
Con información de Bloomberg
