«Bocha» Batista y la Vinotinto: ¿justifica la inversión los resultados?

Fernando "Bocha" Batista Vinotinto
Foto: FVF

Aunque la Federación Venezolana de Fútbol (FVF) no ha oficializado su salario, medios deportivos estiman que Fernando «Bocha» Batista, DT de Venezuela, percibiría cerca de 2,6 millones de dólares al año, lo que lo ubicaría entre los técnicos mejor pagados de las Eliminatorias al Mundial 2026. La duda es si esa inversión se justifica en los resultados y en la idea de juego que muestra la Vinotinto cuando compite por los puntos.

Para el periodista deportivo Jován Pulgarín, la primera duda es si ese monto corresponde a la realidad. «Lo cierto es que, hasta ahora, no se nota una correlación entre el costo y el producto ofrecido. Si Batista se fuera hoy, no hay un relevo generacional claro. Los jugadores que han dado un salto lo han hecho por mérito propio, no por un plan estructurado de la selección», afirma a Finanzas Digital.

Pulgarín pone ejemplos: Aramburu, Savarino, Soteldo o “el Brujo” Martínez, futbolistas que se han abierto camino en mercados como Brasil o Colombia gracias a su talento y a que el jugador venezolano sigue siendo accesible en lo económico. «Esa apertura internacional responde más a las dinámicas del mercado que a un proyecto federativo sólido», agrega.

Héctor Escandell, también periodista deportivo, reconoce algunos avances individuales, como la consolidación de Yeferson Soteldo al inicio de la Eliminatoria y la aparición de David Martínez y Telasco Segovia. Sin embargo, advierte que estos rendimientos no se han traducido en un juego colectivo sólido en la selección.

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El contexto del nuevo formato

Además, Escandell considera que la evaluación del rendimiento de Batista debe hacerse en el marco del actual formato de Eliminatorias, que ofrece más cupos directos y un repechaje adicional.

«Es cierto que nunca habíamos estado tan cerca de un repechaje, hoy estamos a 90 minutos de lograrlo. Pero también es una doble realidad: estamos en esa situación con apenas 18 puntos y en séptima posición, cuando en procesos anteriores Venezuela sumaba más puntos, aunque quedara fuera de la clasificación», señala.

Escandell insiste en que comparar con ciclos previos es injusto. «Son contextos distintos. Lo que ocurrió antes es comparar peras con manzanas. Habrá que esperar al próximo proceso, rumbo al Mundial de 2030, para medir realmente si Venezuela compite en igualdad en este nuevo escenario con 48 selecciones».

No obstante, dijo que si el próximo seleccionador logra apenas tres puntos de visitante ya habrá mejorado lo hecho por Batista. «En ese sentido, más allá de las circunstancias, ‘Bocha’ deja la vara muy baja en este formato».

Nostalgia por el pasado

Tanto Pulgarín como Escandell coinciden en que otras Vinotintos ofrecieron un nivel colectivo superior. «Hoy ni siquiera las recordamos; esas selecciones al menos tenían una propuesta de juego. Esta no lo ha tenido», afirma Escandell. Pulgarín complementa: «La Vinotinto de Batista está por debajo de lo que en su momento mostraron Richard Páez o César Farías, aunque con estilos distintos».

Por último, Jován Pulgarín subraya la importancia de comparar a Batista con otros entrenadores sudamericanos para evaluar si su salario se justifica.

«Hay técnicos que cobran menos y han mantenido el nivel. Por ejemplo, el caso de Ecuador, o Gustavo Alfaro con Paraguay, que logró clasificar a su equipo con bastante antelación, ofreciendo un juego reconocible y alternativas tácticas, recordando la raíz del fútbol paraguayo», explica.

En conclusión, la selección venezolana sigue mostrando carencias en todas las áreas: no domina la posesión, no propone jugadas ensayadas, ni es eficaz en segundas jugadas, recuperación o defensa. Con ese panorama, el supuesto costo del entrenador argentino deja más preguntas que certezas sobre la rentabilidad de la apuesta.